domingo, 31 de agosto de 2014

TODO POR UN SUEÑO: Los pilotos soviéticos de la Guerra Civil española

El 7 de noviembre de 1936 Madrid estaba a punto de caer en manos del General Franco cuando, de repente, un escuadrón ruso sobrevoló la ciudad. Junto con el apoyo de las brigadas internacionales consiguieron resistir el ataque. El programa, basado en testimonios, algunos inéditos hasta el momento, cuenta la historia de los pilotos soviéticos que lucharon en la Guerra Civil Española. Se centra en el aviador suizo Ernst Schacht, comandante de un escuadrón de bombarderos que a su vuelta a Moscú, fue homenajeado por Stalin quien más tarde, tras el ataque alemán a la URSS, lo mandó ejecutar. Destino que compartió con varios compañeros de guerra. 70 años más tarde los pilotos rusos, así como sus traductores e hijas, acceden a relatar esta lucha.

Link del documental TODO POR UN SUEÑO: http://youtu.be/asdP-uGvQlQ





En este documental aparece relatando sus vivencias en la Guerra Civil española Adelina Abramson Kondrátieva, argentina nacida en Buenos Aires en 1917 y participe en la Guerra española como intérprete y traductora del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de la República en Albacete.





Páginas sobre Adelina Abramson Kondrátieva

Adelina Abramson, CEDOBI - Centro de Estudios y Documentación de las Brigadas Internacionales: http://www.brigadasinternacionales.uclm.es/brigadista/adelina-abramson/

Adelina Abramson, NODO50: http://www.nodo50.org/age/adelina/adelina.htm

Adelina Kondrátieva, combatiente de la Guerra Civil española, El País: http://politica.elpais.com/politica/2012/12/17/actualidad/1355701371_943331.html

Adiós a Adelina Kondrátieva, brigadista y luchadora por la memoria, La Vanguardia: http://www.lavanguardia.com/internacional/20130114/54361898959/adios-a-adelina-kondratieva.html



jueves, 28 de agosto de 2014

Cien años de vida y de lucha: Fanny Edelman

Jerónimo Boragina
Licenciado en Historia
Mar del Plata


Fanny Edelman
“…Nunca el viento dio
a una bandera más pasión
ni ardió mas grande un corazón
al par de un mismo pensamiento…” 
(R. Alberti)


¿Quién no la mira? ¿Quién no la escucha? Esta mujer nacida en Córdoba que cumple 100 años el 27 de febrero será recordada por muchas cosas más que simplemente por la edad.
El teatro Cervantes –de la ciudad de Buenos Aires- el pasado 24 de noviembre estaba repleto de gente para contemplar y escuchar su viva voz. Como en aquella entrevista que le realicé en el 2005 en su departamento de San Telmo y en el que extraigo varios comentarios para esta historia.

Los inicios de su vida
Sus padres de origen ruso y rumano llegaron a principios de siglo y se conocieron en la provincia de Córdoba, donde tuvieron tres hijos. Fanny Jabcovsky –más conocida como Fanny Edelman- nació en la ciudad de San Francisco en 1911 y cursó la escuela primaria en dicha localidad.
De familia humilde, el padre trabajaba de telegrafista, comerciante y cosía junto a su madre para contribuir con las necesidades del hogar. Esta situación llegaría al límite cuando pierde el trabajo de telegrafista en Córdoba y decide mudarse a General Belgrano en la provincia de Buenos Aires.
A pesar de tener ascendencia judía, conoció más a fondo el rito cristiano ya que en el último año de la escuela se hizo amiga de una compañera católica que tocaba el órgano en la Iglesia, y que compartían el gusto por la música.
Luego de mudarse la familia a la ciudad de Buenos Aires, Fanny ingresa al Conservatorio Nacional para continuar sus estudios en música e investigación folklórica.
A todas sus lecturas de la literatura universal y marxismo, heredadas por el interés paterno en las cuestiones, surgen los primeros recuerdos que marcan su subjetividad, y uno de ellos es la participación de los padres en 1921 en la campaña de ayuda a los hambrientos del Volga. De ahí en más, su hogar siguió las luchas populares como propias y los padres la llevaban a actos y mítines. A pesar de haberle preocupado las cuestiones sociales, no pudo estudiar ya que debió cederles el lugar a sus hermanos varones, como ocurría en la mayoría de los casos como un mandato más de la opresión que debían vivir las mujeres a principios de siglo.
A los 14 años comienza a trabajar en un taller textil y lo seguirá haciendo como maestra de música ayudando a su familia, pero sin perder de vista las cuestiones sociales y lo que comenzaba a ocurrir con el golpe de Estado de 1930 de la mano del General Uriburu.

Luchar contra la injusticia
Ya viviendo en Vicente López y con la picazón de la injusticia y la ansiedad de hacer algo con todo lo que ocurría con la dictadura de Uriburu, comenzó a juntarse con un grupo de artistas en casa de Fabio Hebequer. Los debates sobre arte e ideología junto a Leónidas Barletta, Álvaro Yunque y otros, fueron enriqueciendo su conocimiento; aunque Fanny siempre destaca que el haberlo conocido a su esposo en una exposición de pintura de Hebequer fue lo que le cambio la vida. Bernardo Edelman le comentó que en el Partido Comunista encontraría respuesta a sus inquietudes, y así fue como se afilió en 1934. El primer destino fue el Socorro Rojo Internacional, y nada menos que a la ayuda de los presos políticos victima de la dictadura represiva iniciada en 1930 por el General Uriburu y continuado por Agustín P. Justo. De inmediato surge el recuerdo de entre sus palabras de cientos de militantes rusos, polacos, yugoeslavos, búlgaros que estaban argentinizados y que sufrieron la persecución con la Ley de Residencia obligándolos a volver a sus países de nacimiento, con el fascismo esperándolos.
El afiliarse ya requería entrar en acción, y la primer tarea era la solidaridad con España. En 1934 un gran movimiento revolucionario se expande en Asturias, donde son muertos decenas de obreros y desde Argentina se crea el PEAVA (Patronato Español de Ayuda a las Victimas de Asturias)(1) donde enviaban alimentos y ayuda material a las familias de los presos y muertos por la represión comandada por el General Franco. En estos momentos ya había alrededor de 80 células barriales del partido actuando en las campañas de solidaridad que surgían.
Todo el trabajo de solidaridad comenzaba a darle un protagonismo pocas veces visto a la mujer argentina, y el Socorro Rojo era una oportunidad ideal para trabajos de logística y de apoyo material y psicológico para los presos militantes.
Pero, ¿como empezó su compromiso con la causa del pueblo español?
El 17 de julio organizaron una fiesta en la casa de un dirigente socialista, el Dr. Augusto Bunge. Numerosas chicas y muchachos disfrutaban de la música en un hermoso parque hasta que la Sección Especial de la policía irrumpió en el lugar. Fueron todos trasladados a la seccional de La Plata y luego de pasar la noche en ese lugar los abogados del partido liberaron a todos los jóvenes. Al regresar en tren, Fanny escucharía por primera vez sobre el alzamiento del General Franco en España, era el 18 de julio de 1936. Así comenzó una de las etapas más importantes para cientos de militantes del Partido Comunista y que dejó huellas para todas las generaciones venideras.

Fanny en España
A fines de año se casó con su compañero Bernardo después de participar en una gran huelga del gremio de la construcción y de las incipientes colectas a favor de la República Española. Luego no hubo descanso, ya que aparte de la reciente FOARE (Federación de Organizaciones de Ayuda a la República Española), en marzo de 1937 crearon el Comité Pro Huérfanos de España, que contaba con 150 comités. Fanny lo recuerda como: “…la primera organización femenina de masas que irrumpió en el escenario político del país…”.
Pero a medida que varios compañeros partían para España, les surgió el ímpetu de entregarse a la causa pero en tierra española. El pasaje de Bernardo lo pagó la Federación Obrera de la Construcción, y el de Fanny las colectas de amigos y con sus propios ahorros. Ya llegados a España en Septiembre de 1937 con otros camaradas, Bernardo se dedicó a pasar notas a los periódicos para los cuales trabajaba como “La Nueva España”, y a Fanny la asignaron al Socorro Rojo para trabajo de intendencia detrás de las trincheras donde tuvo trato con Lister, Modesto y El Campesino. El recuerdo del heroísmo y sacrificio de centenares de soldados, en la batalla, bajo el frío, y su relación con Matilde Landa, Tina Modotti, Miguel Hernández que iba a relatar poesía al frente de batalla, Rafael Alberti con las campañas de alfabetización para soldados y campesinos, y Antonio Machado quien colaboró con ellos durante la campaña de invierno. Todo ello formó un gran espíritu batallador.
Los compañeros de las Brigadas Internacionales, muchos de ellos compañeros de Argentina como Emilio Cairo, Salomón Elguer, Belloqui y tantos otros, compartieron el mismo fervor y trabajo en tierra española. Otro camarada nacido también en Córdoba(2) en 1911 tuvo una de las actuaciones más importantes en la guerra española, lo llamaban Comandante Ortiz y su nombre era Benigno Moschfkowsky.
Cuando en marzo el Ejército fascista dividió el territorio republicano, los Edelman viajan a Barcelona para continuar con sus tareas, aunque en abril debieron dejar España para volver a nuestro país. Desde Argentina había sido reclamado Bernardo por los dirigentes del Partido Socialista, y unos meses antes le llegaba la noticia a Fanny mientras estaba en Valencia que su madre había muerto.
El regreso al puerto de Buenos Aires el 2 de mayo de 1938 en el barco Jamaique, siempre es recordado con mucha pena por Fanny; ella hubiese querido quedarse “hasta el final” junto al pueblo español, pero otra etapa comenzaba ayudando desde el otro lado del Atlántico a la causa popular. La FOARE, El Comité pro Huérfanos Españoles y la Junta de Ayuda a las víctimas de la guerra española eran el hogar de Fanny durante mas de 10 horas por día, coordinando y manteniendo el esfuerzo cotidiano en la victoria y en la esperanza de salvar cada vez mas vidas a la hora de asumir la derrota en marzo del 39.
El camino de esta mujer había sido sellado a fuego por la experiencia española, y la tragedia personal sufrida por su compañero quedando parapléjico años después, no la aparto de las causas del pueblo.

Una vida dedicada a la lucha
Luego vendrían otras campañas internacionalistas, como la de la URSS cuando la Segunda Guerra Mundial, con China, Portugal, Nicaragua, Vietnam y el apoyo a Allende en Chile. Desde la Unión de Mujeres Argentinas, hasta la FEDIM (Federación Democrática Internacional de Mujeres) batalló por los derechos de las mujeres, y los trabajadores que soportaban el peso de las dictaduras nacientes en América Latina.
En definitiva, no es casualidad que Fanny Edelman sea la presidenta del Partido Comunista Argentino en la actualidad, como tampoco lo es que haya sido voluntaria en la lucha contra el fascismo. A diferencia de lo que pensaron algunos, el modelo de estudio para la lucha revolucionaria tanto para el Partido Comunista, como para su juventud (la FEDE), nunca fue el foquismo o la vertiente guerrillera, sino la guerra civil española. La visión partidaria fue que el Frente Popular Español perdió el conflicto en 1939 por falta de oficialidad y suboficialidad dentro del Ejército Republicano, por lo que el estudio de la guerra civil y la preparación de cuadros fue una prioridad durante muchos años.
Fanny Edelman
Tampoco es casualidad que en los últimos 10 años se hayan hecho tantos actos o aniversarios en relación con la República Española, las Brigadas Internacionales o el golpe de Estado de 1936 en España. En enhorabuena esta merecida convocatoria en representación de cientos de argentinos que participaron defendiendo la libertad junto al pueblo español y en la que Fanny tuvo un papel preponderante difundiendo el corazón de la lucha española durante años.
No alcanza con hacerle homenajes a Fanny, pero como hacer para no mirarla y escucharla. Quizás, lo mejor sea tenerla en nuestro recuerdo, en nuestra memoria y que la tengamos presente como el mejor ejemplo de solidaridad internacionalista.


Notas:
(1) Al comienzo el PEAVA se relacionaba con la campaña de Asturias y luego por lo que indica Fanny, resurge con el comienzo de la Guerra Civil Española, cambiando su el significado de su ultima letra por Antifascistas.
(2) Si bien Fanny vivió pocos años en Córdoba, cabe destacar que fue una de los más de 20 voluntarios cordobeses que participaron en la Guerra Civil Española, algunos obteniendo altas graduaciones como Teniente y Comandante.


Bibliografía
Entrevista realizada a Fanny el 3 de diciembre de 2005.
Gonzalez, L.; Boragina, J. (coord); Sommaro, E.; Dorado, G.; Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española. Buenos Aires, Centro Cultural de la Cooperación, 2008.
Edelman, Fanny. Banderas, Pasiones, Camaradas. Buenos Aires, Dirple, 1996.

Capturando ideales: Robert Capa en la Guerra Civil Española

por Diego Naselli Macera
Profesor en Historia

Robert Capa en España
El fotoperiodista húngaro Endre Friedmann, más conocido como Robert Capa, llega a España en agosto de 1936 para tomar imágenes de la Guerra Civil. Acompañado por su novia alemana Gerda “Taro” Pohorylle, inicia sus actividades en el bando republicano. Fiel a sus ideales, tomará imágenes no de la guerra sino de los rostros de hombres y mujeres que sufrirán tan desastrosa contienda y de aquellos milicianos que marcharán al frente para luchar por su libertad. Arriesgando su vida y la de su novia, siempre quiere estar más cerca, siempre quiere tomar la mejor imagen porque “Si tus fotos no son lo bastante buenas, es que no estás lo bastante cerca.”(1)
El Frente Popular triunfa en las elecciones legislativas de febrero de 1936 en España. Los trabajadores exigen que se cumplan sus esperanzas; los conservadores no soportan otra victoria de la izquierda. El 17 de julio de 1936, un grupo de generales planean cuidadosamente el golpe de Estado contra la II República Española. El 18 de julio la sublevación se extiende por parte de España bajo el mando del general Emilio Mola y, con posterioridad, Francisco Franco cruza desde Marruecos hacia la península. Las fuerzas republicanas compuestas por milicias comunistas, socialistas y anarquistas logran aplacar el levantamiento hasta que los sublevados capturan el puerto de Ferrol y los países fascistas apoyan a los golpistas. Comienza así una guerra que durará varios años y que tendrá como escenario la misma España. Es allí donde llega Robert Capa y Gerda Taro procedentes de Francia para realizar sus tareas de fotógrafos.

Un pacifista en la guerra…
Capa despreciaba la guerra e intentaba a través de sus fotografías mostrar su visión antibélica y humanista para provocar en los demás la búsqueda de la paz.(2) Sus fotografías no eran “objetivas” ni neutrales; en ellas mostraba su clara posición antifascista, y las personas, lugares y acciones que allí aparecen son una importante muestra de su pensamiento.
De joven fue expulsado de Hungría por participar de movimientos estudiantiles de izquierda, y ya en París se dedicaba a publicar en el semanario comunista. Cuando comenzó la Guerra Civil Española, Robert Capa y Gerda Taro no tardaron en darse cuenta que debían viajar a la península y ponerse del bando republicano mostrando al mundo a través de sus fotografías lo que estaba sucediendo en el conflicto. Esas imágenes creaban un fuerte impacto en quienes las veían: rostros de niños, mujeres y ancianos con rasgos de tristeza y de alegría aparecen en ellas; milicianos prestos para marchar al frente o con ojos llorosos ante el saludo que los caracterizaba mostraban la dureza de la guerra. Todo ello era retratado con una cámara de fotos Leica III y una de cine Eyemo de 35 mm, usadas tanto por Robert como por Gerda, y cuyas imágenes eran enviadas a los noticieros de Time Inc. para dar a conocer lo sucedido en España.(3)
Ya sea en las ciudades, en la retaguardia o en el frente, a ambos fotógrafos les interesaba mostrar a los combatientes y a los civiles, dejando de lado las grandes escenas de combate y los muertos en cantidad. Pretendían mostrar a los vivos sobre los muertos y a la verdad sin reservas a través de una fotografía comprometida con la causa del bando republicano. Así aparecen en sus imágenes niños con la vestimenta anarquista o milicianos saludando con el brazo en alto y el puño cerrado, símbolo de la república española y de la lucha contra los sublevados:
Niño del Batallón de Acero, perteneciente a los anarquistas.
Fotografía Robert Capa.
España, 1936.
Fotografía Robert Capa.
Aunque Capa intentaba mostrar con sus fotografías los sufrimientos que la guerra trae a sus protagonistas, en una entrevista realizada para el New York World-Telegram en Nueva York hacia el verano de 1937, el fotógrafo explica que sus imágenes no son preparadas porque en España solo tiene que enfocar su cámara y tomar la foto: “No hacen falta los trucos para tomar fotografías en España. Uno no tiene por qué posar su cámara. Las imágenes allí están, y uno sólo las toma. La verdad es la mejor fotografía, la mejor propaganda”.(4)

…capturando ideales…
Corresponsales de los más importantes medios informativos de Europa llegaban a la península ibérica para reportar lo que estaba sucediendo tanto del bando sublevado como del republicano. Hugh Thomas remarca: “Los años treinta fueron la gran época del corresponsal extranjero. Desde finales de 1936, y durante dos años y medio, los nombres más famosos del periodismo se encontrarían al sur de los Pirineos. Las agencias de noticias contrataban a distinguidos escritores para que las representaran en la guerra española”(5) y Robert Capa era uno de esos reporteros.
A un mes de la sublevación contra el gobierno elegido de la República, Capa, junto a su novia, llegan a España para informar de la resistencia republicana contra el avance de los falangistas. Toman imágenes en distintos lugares reflejando la actividad de milicianos y civiles. Gerda Taro nos retrata, en Barcelona, milicianas republicanas en formación para recibir instrucción militar, y Robert Capa nos muestra la algarabía de milicianos en Madrid entre agosto y septiembre de 1936:
Milicianas republicanas recibiendo instrucción en las afueras de Barcelona. Agosto de 1936. Fotografía Gerda Taro.
Madrid
Agosto-septiembre 1936
Fotografía Robert Capa.
A principios de septiembre, Capa se dirige hacia el frente de Córdoba para tomar fotografías de los milicianos en pleno combate y de los civiles que sufren el avance de los sublevados. Córdoba había sido atacada en agosto por tropas republicanas provenientes de Madrid junto a milicianos de Andalucía dirigidos por el general José Miaja y fueron rechazados por los ocupantes sublevados.(6) En septiembre, los golpistas decidieron eliminar la presencia republicana cerca de la ciudad y atacaron el Cerro Muriano el 5 de septiembre provocando la huída de parte de los milicianos allí apostados, pero el regimiento de infantería republicana “Tarija” soportó el ataque hasta el final.(7)
En ese cerro cordobés, varios periodistas y fotógrafos españoles y extranjeros se congregaron para estar cerca del frente de guerra. El escritor austriaco Franz Borkenau, junto a los fotógrafos Georg Reisner y Hans Namuth, estaban en la misma zona que Robert Capa y Gerda Taro a la espera de un avance republicano contra las filas sublevadas.(8) Una de las imágenes tomadas allí por el fotoperiodista húngaro se hizo famosa debido a la crudeza de la guerra que mostraba la muerte de un miliciano en la ladera del Cerro Muriano, el mismo 5 de septiembre de 1936.
Muerte de un miliciano
Fotografía Robert Capa.
Esta fotografía pertenece a una serie de imágenes tomadas por Capa en el Cerro Muriano, publicadas en la revista francesa Vu del 23 de septiembre de 1936. Las fotos tomadas en este lugar intentaron mostrar al mundo como los republicanos (en especial, los anarquistas) luchaban y morían por sus ideales, por la defensa de la libertad de España.
Pero en esa misma revista se pueden ver otras fotografías de la pareja, Capa se encargó también de retratar con su cámara Leica los sufrimientos de la población civil ante el avance aniquilador de las fuerzas nacionalistas procedentes de Córdoba y acompañados por el bombardeo de aviones italianos. Imágenes descaradas que muestran a mujeres y niños huyendo del terror de la guerra y de la muerte; terror y muerte provocada por sus propios hermanos en la propia tierra española. Al mirar ese conjunto de fotos se puede entender la monstruosidad de la guerra, de la guerra entre hermanos, de la guerra civil. Una imagen vale más que mil palabras, pero las imágenes de Capa valen mucho más porque encierran emociones con ideales.
Escapando de Cerro Muriano
Fotografías Robert Capa.
A comienzos de septiembre de 1936, Francisco Largo Caballero es nombrado presidente y ministro de guerra de la República en Madrid; las milicias son unificadas para intentar conformar un ejército popular donde sólo los anarquistas se niegan a incorporarse; el Quinto Regimiento comunista se convierte en la base de la defensa de la ciudad y es el encargado de establecer la jerarquía y la disciplina entre las filas de los defensores.(9) En noviembre de 1936, Robert Capa ya sin Taro llega a Madrid para cubrir la resistencia de la ciudad por los republicanos ante el asedio de los sublevados. Madrid se convierte en el frente de guerra; sus ciudadanos en milicianos; sus edificios en murales donde se escribe “Ni un paso atrás” y “No pasarán”; sus calles se llenan de barricadas y las arengas a favor de la República y en contra de los nacionales se vuelven cotidianas. La tarea del fotoperiodista empieza ante el ataque de los nacionalistas y el bombardeo de aviones alemanes e italianos, vencidos en el cielo de Madrid por aviones soviéticos utilizados por los republicanos. Nuevamente, Capa nos mostrara a través de sus imágenes el terror que la guerra y el bombardeo provoca en la ciudad mediante los rostros y las posturas de los civiles madrileños.
Según Francisco Javier Valera Bernal, en las fotografías de Capa en Madrid se pueden ver representaciones de lo cotidiano bajo los efectos de la guerra. En la mujer sobre los escombros en una calle de Madrid, Valera Bernal la describe de la siguiente forma: “Es un claro ejemplo de la cotidianidad del miedo, como lo es de la miseria, del hambre, del frío y de la desolación, el aspecto de la mujer junto a los escombros en una calle de Madrid después de ser bombardeada, donde el significado de su mirada hacía la cámara deja una huella de hielo que se une a unas manos que se juntan para darse algo de calor, en ese frío escenario de ruinas”(10).
Madrid después de los bombardeos.
Fotografía Robert Capa.
Pero otras tomas de Capa en Madrid nos siguen mostrando la dureza de la Guerra Civil Española. Las niñas sentadas delante de una pared destruida por los ataques de los nacionales o los rostros perdidos de las mujeres junto a sus niños delante de un cartel de los batallones de voluntarios de Andalucía nos representan escenas de lo cotidiano enmarcado en la guerra, en el regreso a lo habitual luego de finalizados los ataques.
Madrid, 1936.
Fotografías Robert Capa.
Los civiles madrileños son parte de las fotografías de Capa, pero también el frente de guerra que se desarrolló en la Ciudad Universitaria es visitado por el fotógrafo para retratarlo y tomar imágenes de la cruenta lucha entre las recién formadas Brigadas Internacionales y el ejército africano de los sublevados.
Hacia noviembre, llega a Madrid el primer batallón de las brigadas internacionales «Edgar André», compuesto por alemanes y apoyado por ametralladoristas ingleses. Luego pasa al frente de guerra el batallón «Comuna de París» integrado por franceses y belgas. Le sigue el tercer batallón llamado «Dombrowsky», batallón de mineros polacos comunistas y socialistas que residían en Francia y Bélgica. Estos tres batallones componían la 11ª Brigada dirigida por el húngaro Kleber, cuya posición era la Casa de Campo. A la defensa del sector de Carabanchel se envía la 12ª Brigada comandada por el novelista húngaro Mata Zalka, llamado “Lukács”, y compuesta por los batallones Thaelmann, André Marty y Garibaldi con brigadistas procedentes de Alemania, Francia, Bélgica e Italia. Al mismo tiempo llegaba a la ciudad sitiada Buenaventura Durruti con una columna de voluntarios anarquistas y es enviado por el general Miaja a Casa de Campo. El 15 de noviembre comienzan en Madrid duros enfrentamientos entre los milicianos y brigadistas contra los marroquíes del bando sublevado. Ante el avance de los nacionales se envía a la 11ª Brigada a defender la facultad de Filosofía y Letras y la Ciudad Universitaria se convierte en el frente de guerra de Madrid. Sangrientas batallas y una cruenta guerra se desarrollará allí hasta el 23 de noviembre.(11)
Robert Capa, fiel a sus ideales, se dirige a la Ciudad Universitaria para fotografiar a milicianos y brigadistas durante los cruentos combates para continuar mostrando al mundo la dureza de la guerra.(12)
Combates en Ciudad Universitaria. Madrid.
Fotografías Robert Capa.
Hugh Thomas describe lo complejo de los combates en la Ciudad Universitaria en su libro sobre la Guerra Civil Española:

“Las marchas que cantaban los comunistas alemanes inundaban los escombros de los laboratorios y las aulas de una tristeza teutónica. Los anarquistas confraternizaban con los hombres de la Brigada. En la oscuridad se daban órdenes en voz baja dirigidas a hombres que nunca habían visto la ciudad que habían venido a defender: «Bataillon Thaelmann, fertig machen!», «Bataillon André Marty, descendez vite!», «Garibaldi, avanti!». Tras horas y horas de bombardeo artillero y aéreo, en el que no cedía ninguno de los dos bandos, venían luchas cuerpo a cuerpo por una habitación o un piso de los edificios. En el hospital clínico, que aún no estaba terminado, el batallón Thaelmann subía bombas en los ascensores para que explotaran entre los marroquíes que estaban en el piso inmediato; y, en este edificio, los marroquíes sufrieron bajas por haberse comido animales inoculados que se guardaban allí con propósitos científicos. […] Una compañía de polacos del batallón Dombrowski resistió en la Casa de Velázquez del Instituto Francés hasta el último hombre. Una avanzadilla de marroquíes hizo retroceder a los anarquistas de Durruti una vez más en la plaza de la Moncloa, la primera plaza situada ya dentro de Madrid, y empezó a abrirse camino por la Calle de la Princesa”(13).

Madrid empezaba a ser asediada por los sublevados y defendida a ultranza por los republicanos.
A inicios de 1937, Robert Capa se reúne con Gerda Taro y su amigo y fotógrafo David Seymour (conocido como Chim) para recorrer distintos frentes de guerra en España. Los tres fotógrafos enviaban sus imágenes a París para aparecer en los distintos medios gráficos y en los noticieros de la capital francesa retratando los frentes de Madrid, Bilbao, Córdoba y Teruel.
Para el 31 de mayo de 1937, Capa y Taro se encontraban en el frente de Segovia donde el ejército popular de la República y parte de las Brigadas Internacionales se enfrentaban a los nacionales. Una fotografía tomada por Taro durante el avance de tropas del ejército popular parece retratar además la imagen difusa del fotoperiodista húngaro en plena posición de trabajo. Pedro Corral cree encontrar en esa fotografía a Robert Capa en acción portando su cámara Eyemo con la que filmaría el ataque sobre Segovia para la serie documental «The March of Time».(14)
El lugar de la fotografía de Taro parece ser un bosque de la sierra de Guadarrama, por donde las tropas del ejército republicano ingresaron desde los puertos de Navacerrada y Fuenfría, en las proximidades del cerro de Cabeza Grande; desde donde se produciría el avance sobre las líneas nacionalistas en San Ildefonso. Los sublevados detuvieron el ataque republicano en La Granja y la aviación rusa, apoyo de las fuerzas de la República, las bombardearon por error provocando la retirada de éstas del frente.
En julio de 1937, Robert Capa debe volver a París por cuestiones de trabajo  y Gerda Taro queda sola en España fotografiando los sucesos de la guerra civil y haciendo reportajes para Regards. Los republicanos preparan para ese mes de 1937 un movimiento sobre el pueblo de Brunete, a pocos kilómetros de Madrid. Cuerpos del Ejército Republicano, Brigadas Internacionales, aviones rusos, artillería y tanques se dirigen al frente para combatir contra falangistas y marroquíes. Las batallas fueron duras y las bajas de ambos bandos se contaban por cientos. En ese escenario de guerra, Taro se encontraba tomando imágenes del lado republicano cuando un tanque en retirada la aplastó causándole la muerte el 25 de julio. Al enterarse Capa de lo sucedido no regresó a España hasta mediados del año 1938, pero no pudiéndose nunca recuperar de la pérdida de su compañera.
Si bien la figura de Capa cubre a Taro como periodista y fotógrafa, ella se arriesgó mucho para demostrar su capacidad en tiempos de guerra y tragedia. Nuria Blanco escribe: “Con su particular encuadre y manera de entender lo que veía, Taro daba los primeros pasos de la Nueva Visión, un movimiento nacido en Alemania en torno a 1920 en el que priman las emociones. Las imágenes de Gerda Taro reflejan la proximidad física y emocional de los sujetos que fotografiaba a través de encuadres atrevidos e inusuales para su tiempo”(15). Sus fotografías fueron tan importantes que se utilizaron para materiales de propaganda como el libro The spanish People’s Fight for Liberty editado en Londres por la embajada española y para folletos de la organización POUM, entre muchos otros trabajos.(16)

Fotografías Gerda Taro.
Ya sin su amada, Capa viaja a los Estados Unidos en septiembre de 1937 para visitar a su madre y a su hermano y firmar un contrato con la revista Life. En 1938, el periodista húngaro se dirige a China para documentar la resistencia ante la invasión japonesa junto con el cineasta Joris Ivens. Sin embargo, la imagen de Gerda Taro nunca desapareció de su mente porque fueron tan unidos que ninguno de los dos periodistas le temía al peligro si sabían de la presencia del otro cerca.

…cuando las ideas empiezan a morir.
Voluntario de las brigadas internacionales – 1938.
Fotografía Robert Capa.
En el otoño de 1938, Capa regresa a la península para continuar con su trabajo de reportero y fotógrafo de la guerra civil. Entre el 16 y el 28 de octubre de 1938, el fotógrafo se encuentra en Barcelona para tomar imágenes de la despedida a las Brigadas Internacionales por el gobierno republicano. Durante días, las autoridades del gobierno y del ejército como Manuel Azaña, Juan Negrín, Lluís Companys, Vicente Rojo, Juan Hernández Saravia, Enrique Líster, Juan Modesto y Manuel Tagüeña participaran de actos públicos donde las Brigadas Internacionales desfilaran frente a miles de civiles que los saludaran dándole la despedida de España y Robert Capa no podía estar ausente en esta fecha tan significativa para la República y la ideología que ella representaba. Una de sus fotografías muestra la firmeza del rostro de un brigadista con su puño cerrado mirando hacia arriba como buscando el por qué de todo eso, el por qué de una guerra que enfrentó a hermanos contra hermanos, de una guerra donde parte del mundo no quiso intervenir y sólo fueron a ayudar aquellos que creían en la libertad, los brigadistas voluntarios.
El 28 de octubre dos mil brigadistas se concentraron en la avenida de la Diagonal de Barcelona, y escuchando el Himno de Riego y La Internacional con su puño en la sien, Juan Negrín les prometió la nacionalidad española.(17) En este acto multitudinario estuvieron presentes Negrín, como presidente de la República; Lluís Companys, presidente de la Generalitat; Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor del Ejército Popular; la Pasionaria, miles de brigadistas, cientos de miles de civiles y además varios periodistas de diferentes agencias de noticias cubriendo el suceso. Las cámaras del noticiero cinematográfico News of Spain se encuentran realizando un reportaje completo de la despedida del gobierno español a las Brigadas Internacionales. Mientras las cámaras del noticiero enfocan al auto oficial que se dirige al palco llevando a Negrín y Rojo, junto a él se observa a un periodista que corre con una cámara Leica para no perder un instante del acontecimiento histórico. Ese periodista es Robert Capa. (18)
Sin embargo, la guerra continuaba y el frente cada vez se acercaba más y más a Barcelona. El 5 de noviembre de 1938, un grupo de reporteros y fotógrafos se dirigen hasta el frente del Ebro para realizar un reportaje al general Enrique Líster. El grupo estaba compuesto por el escritor Ernest Hemingway, los corresponsales Vincent Sheean, Henry Buckley y Herbert Matthews junto al coronel de las Brigadas Internacionales Hans Kahle y al joven fotoperiodista Robert Capa.(19) Ante un ejército republicano en retirada hacia la orilla norte del río y un Líster poco dispuesto a recibir tantos reporteros juntos, la entrevista duró poco y solo se tomaron algunas imágenes.(20) Una de esas fotografías fue tomada por Capa y en ella aparece Líster junto a Hemingway.
Líster y Hemingway en el frente del Ebro. 1938.
Fotografía Robert Capa.
Terminada la escueta entrevista al general Líster, Robert Capa se dirige a la ciudad de Seròs para retratar con su cámara la ofensiva de distracción realizada en el Segre(21) que se convertirá en una de las batallas más violentas y sangrientas de la Guerra Civil Española, implicando a gran cantidad de soldados en uno y otro bando. Sus imágenes muestran la crueldad y peligrosidad de la guerra siempre siguiendo sus ideales, siempre mostrando la lucha por la libertad del bando republicano.
Las fotografías tomadas por Capa durante la campaña del Segre se convirtieron en uno de los reportajes más dramáticos escritos durante la Guerra Civil en España, el reportaje This is War!
Vencidas las tropas republicanas en Segre, el avance de los nacionales sobre Barcelona era inminente. Robert Capa se dirige a la ciudad catalana para conseguir sus últimas imágenes en suelo español. En enero de 1939, el famoso fotoperiodista húngaro intentará mostrar por última vez los horrores que provoca la guerra en los civiles, sin importar la edad, género y condición social. Barcelona era una ciudad en guerra, una ciudad bombardeada desde donde miles de soldados y civiles marcharan a su exilio cruzando los Pirineos, a la búsqueda de un futuro incierto.

Adiós España.
Y Capa era también uno de esos exiliados que huían de los nacionales pero también huida de la tierra donde murieron dos de sus amores, Gerda Taro y los ideales de la República. En el sur de Francia, los soldados republicanos eran encerrados en «campos de refugiados» y su último trabajo junto a los republicanos fue retratar las condiciones inhumanas a las que eran sometidos aquellos valerosos combatientes que alguna vez habían luchado por la libertad de una patria pero, sobretodo, habían luchado por su libertad.
En los oídos de todos ellos todavía resonaban las palabras que «la Pasionaria» les dirigiera a las Brigadas Internacionales en el momento de su despedida:
“¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones políticas, razones de Estado, la sustentación de la misma causa por la que ofrecisteis vuestra sangre con tan incomparable generosidad, obligan ahora a volver a algunos de vosotros a vuestra patria, y a otros a un exilio forzoso. Podéis marchar orgullosos. Vosotros sois la historia. Vosotros sois leyenda. Vosotros sois el heroico ejemplo de la solidaridad y universalidad de la democracia. No os olvidaremos y cuando en el olivo de la paz vuelvan a brotar de nuevo las hojas, mezcladas con los laureles de la victoria de la República española, ¡Volved!”(22)
Argelès-sur-Mer
Marzo 1939
Fotografía Robert Capa.


Notas:
(1) Frase atribuida a Robert Capa antes de morir, Repar, Matías, “Robert Capa, el fotógrafo que mostró la guerra y dejó la vida”, Clarín.com, 07.03.2006.
(2) MacMasters, Merry, “Robert Capa trabajando”, La Jornada, 04.03.2008, p. 2.
(3) www.elmundo.es/magazine/num180/textos/capa1.html
(4) MacMasters, Merry, “Robert Capa trabajando”, La Jornada, 04.03.2008, p. 4.
(5) Thomas, Hugh, La Guerra Civil Española, vol. 1, Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1996, p. 401.
(6) Thomas, Hugh, La Guerra Civil Española, vol. 1, Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1996, p. 413.
(7) “El combate de Cerro Muriano y la foto de Robert Capa”, www.telefonica.net/web2/ guerracivilcordoba/combate_de_cerro_muriano_y_la_fo.htm
(8) Idem.
(9) Ianni, Valeria; Ravassi, Alejandro, Guerra Civil Española para principiantes, Buenos Aires, Era Naciente, 2007, pp. 123-127.
(10) Valera Bernal, Francisco Javier, “Actitudes”, Un análisis de la representación: El drama de la guerra civil española según Capa, personal.telefonica.terra.es/web/fjvb/CAPA/derecho.htm
(11) Thomas, Hugh, La Guerra Civil Española, vol. 2, Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1996, pp. 525-533.
(12) Sobre más fotografías de Robert Capa en Madrid durante el asedio de los sublevados y los la vida de los civiles madrileños: http://www.sbhac.net/Republica/Imagenes/Lectores/Amadis.htm
(13) Thomas, Hugh, La Guerra Civil Española, vol. 2, Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1996, p. 531.
(14) Corral, Pedro, “El segundo disparo a Robert Capa”, ABC.es, www.abc.es/20091101/cultura-cultura/segundo-disparo-robert-capa-20091101.html
(15) Blanco, Nuria, “Robert Capa y Gerda Taro. Artífices de la fotografía bélica deliberada (II)”, EldiapasonBlog, http://eldiapason.wordpress.com/2009/09/18/robert-capa-y-gerda-taro-artifices-de-la-fotografia-belica-deliberada-ii/
(16) Para ver más fotografías de Gerda Taro durante la Guerra Civil Española visitar: http://www.digitaljournalist.org/issue0710/capa_taro_intro.html
(17) Alós, Ernest, “El túnel de las brigadas”, El Periódico de Aragón, 12-08-2009, www.elperiodicodearagon.com
(18) Alós, Ernest, “Siguiendo a Negrín y Rojo”, El Periódico de Aragón, 13-08-2009, www.elperiodicodearagon.com
(19) Hugh Thomas escribe sobre los últimos que cruzan el río Ebro antes de la última fase de la batalla: “Entre los últimos que cruzaron el río figuraban los intrépidos periodistas anglosajones Hemingway, Buckley, Matthews y Sheean; Hemingway lo hizo remando en una barquilla” no apareciendo el nombre del famoso pero joven Robert Capa entre ellos. Thomas, Hugh, La Guerra Civil Española, vol. 2, Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1996, p. 918.
(20) Alós, Ernest, “Las fotos que muestran a Capa en Catalunya estuvieron ocultas 68 años (I)”, El Periódico de Catalunya, 4-2-2008, elperiodico.com
(21) Alós, Ernest, “Mora después de la batalla”, El Periódico de Aragón, 11-08-2009, www.elperiodicodearagon.com
(22) Thomas, Hugh, La Guerra Civil Española, vol. 2, Barcelona, Grijalbo Mondadori, 1996, p. 916.

Bibliografía
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Ziff, Trisha, El Maletín Mexicano, http://www.zonezero.com/exposiciones/fotografos/ziff/indexsp.html

Memorias de argentinos en la Guerra de España (parte 1)

Raúl González Tuñón, La muerte en Madrid – Las puertas del fuego – 8 documentos de hoy, Beatriz Viterbo Editora, Rosario, 2011, 224 p.

Las puertas del fuego, La muerte en Madrid y 8 documentos de hoy son textos escritos entre 1936 y 1938, en el fragor de la guerra, y están marcados por dos justicias: la justicia política de la lucha antifascista y la justicia poética; la primera se perdió; la segunda ganó la batalla con la palabra. Porque a falta de otros, los recursos poéticos pueden crear un espacio donde el fracaso no fracase, donde la muerte no muera, donde Polvo y ceniza y nada no es su muerte, / que la muerte en la lucha no es la muerte. Como el César Vallejo de España, aparta de mí este cáliz, que brega por darle muerte a la muerte, González Tuñón también cree en la potencia de esa utopía. Se vuelve el testigo veraz de esa creencia que los mantuvo de pie en medio del espanto de la barbarie del siglo. Si la barbarie de la guerra es siempre el testimonio de lo intestimoniable, como escribiera Paul Celan, González Tuñón en tanto corresponsal de guerra confía el documento al periódico que representa, pero no menos al poema que escribe con la misma pasión. Después de la vanguardia, después de la guerra, González Tuñón abre el camino a las escrituras desneutralizadas de la poesía y lo hace sin temores, sin culpa, sin titubeos. (Enrique Foffani)



Mika Etchebéhère, Mi guerra de España, Milena Caserola – Motoneta cine, Argentina, 2013, 414 p.

Mika Etchebéhère y su marido Hipólito fueron testigos de acontecimientos que cambiaron el curso de la historia del siglo XX.
Militantes marxistas nacidos en Argentina, emprenden un largo viaje en busca de la revolución.
Juntos recorren la Patagonia argentina, Berlín y París; pero será finalmente en Madrid, donde encontrarán aquella revolución que estaban buscando, cuando el 18 de julio de 1936 estalle la Guerra Civil Española.
Mika se convierte en la única mujer con grado de capitana de las fuerzas republicanas. La lucha desigual pone a prueba sus valores y compromiso con aquello que soñó en sus años de juventud.

En este libro Mika, testigo directo y protagonista, cuenta con pasión lúcida las vivencias de una lucha desgarradora.

Libros sobre argentinos en la Guerra Civil española (parte 1)

Lucas González, Jerónimo Boragina, Gustavo Dorado, Ernesto Sommaro, Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española, Ediciones del CCC - Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, Buenos Aires, 2008, 226 p.

Partiendo de la concepción de la Historia desde Abajo los autores se internan en el estudio de uno de los episodios más importantes del siglo pasado, como es la Guerra Civil Española, un verdadero preludio de la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los objetivos que se proponen es el rescate de los numerosos voluntarios que quedaron ausentes de las historias oficiales de unas u otras tendencias. Por eso el planteo parte de recuperar una historia del pueblo desde el pueblo, tomando en cuenta como una cuestión no menor lo que los protagonistas que quedaron anónimos pensaron y piensan sobre los procesos en que se involucraron.
Esta publicación concreta grandes aportes al estudio de la historia, reforzando la nueva corriente historiográfica de la historia desde abajo, sumando materiales hasta ahora inéditos.
Este libro se suma al trabajo que los mismos autores ya habían iniciado con el documental Esos mismos hombres – Voluntarios argentinos en la Guerra Civil Española, realizado en el 2006.



Graciela Mochkofsky, Tío Borís, un héroe olvidado de la Guerra Civil Española, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2006, 272 p.

Tío Borís. Un héroe olvidado de la Guerra Civil Española cuenta el extraordinario rescate de un personaje perdido en el tiempo. Enterada de la existencia de un tío abuelo, cuyo recuerdo había permanecido oculto en su familia por décadas, la narradora emprende su búsqueda a través de memorias que se borran, documentos que se desvanecen, archivos soviéticos que se abren sólo con dinero y una cultura del secreto que permanece viva casi un siglo después.
En su viaje, Mochkofsky descubre la historia, no sólo de su familia, sino de varias generaciones de familia que abracan la trayectoria entera del Partido Comunista argentino. Pronto sabrá que el Tío Borís ha sufrido torturas en las cárceles de los años treinta y cuarenta, y que fue internado, con muchos otros, en un campo de concentración en la isla Martín García, tras el único intento comunista de lanzar una insurrección armada en el país; que ha integrado su aparato de inteligencia y que ha sido entronizado como héroe tras alcanzar el mitológico grado de comandante del ejército republicano.
Detrás de Borís, encuentra, sobre todo, a una generación de combatientes del mundo entero que ofrece, todavía, un mensaje al futuro.
Tío Borís. Un héroe olvidado de la Guerra Civil Española indaga en un conflicto central de la era moderna y las dimensiones perdidas de la política y la guerra, pero también en las historias que nos circundan cotidianamente. Es una mirada aguda, irónica, tierna sobre el valor de la memoria y el olvido, y un vibrante alegato sobre la naturaleza, trágica y conmovedora, del heroísmo.


Ernesto Goldar, Los argentinos y la Guerra Civil Española, Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1996, 233 p.


La Guerra Civil Española puso a prueba los sentimientos democráticos y libertarios de los argentinos en la segunda mitad de los años treinta. El seguimiento de esas demostraciones a través de este libro ha procurado intentar un modo más de conocerlos, por las aspiraciones de las multitudes, por sus deseos individuales y grupales de participar y hacer, por la felicidad de sentirse solidarios y amigos de los que sufren y de los perseguidos, y por el rechazo instintivo que experimentan por la pasividad, la arrogancia y la soledad autoritarias. La Guerra Civil Española los robusteció, los llenó de esperanza y de sabor de fraternidad y lucha, y los hizo sentirse parte de la humanidad. Los argentinos, al mismo tiempo que deploraron la corrupción política interna, simpatizaron con la República Española.

Cordobeses en la Guerra Civil Española

A pocos meses de producirse el levantamiento militar contra el gobierno de la República española, una importante cantidad de voluntarios extranjeros viajó para enrolarse en las milicias, brigadas y unidades pertenecientes al bando republicano, además de participar en agrupaciones civiles, juveniles, sindicales, universitarias y sanitarias.

Por Diego Naselli Macera (*) - Exclusivo para Comercio y Justicia

Entre estos extranjeros se contaba un gran número de latinoamericanos provenientes de Cuba, México y Argentina que llegaban a través de la frontera francesa.

Con documentos y pasaportes falsificados, muchos argentinos pudieron sortear el estricto control de los guardias fronterizos franceses para ingresar en territorio republicano y apoyar al gobierno en su enfrentamiento contra el levantamiento rebelde. Entre estos voluntarios argentinos se contaba un destacado número de cordobeses que se marchaban de nuestra provincia para luchar a favor de la legalidad gubernamental y contra el fascismo internacional.

Capitán José María Frontera
Uno de ellos fue el ex capitán del Ejército Argentino José María Frontera, quien llegó a España a principios de 1937 y se convirtió en consultor militar de José Miaja, general republicano y encargado de la defensa de Madrid, además de participar activamente en el sector de Guadalajara y en otros frentes de guerra. Afiliado al Partido Comunista Argentino (PCA), el capitán Frontera había dirigido un movimiento contra el presidente argentino general Agustín P. Justo en 1933 y, debido a su fuerte compromiso en la lucha contra el autoritarismo y el fascismo, fue reclutado por un destacado miembro del PCA, Carlos Dujovne, en Córdoba, para viajar a España y permanecer casi un año participando del recientemente conformado Ejército Popular.

Otro de los reclutados en Córdoba fue el estudiante de medicina Luis Corach, quien una vez en España se enroló en las Brigadas Internacionales y luchó por la República hasta que los brigadistas debieron marcharse de Barcelona. De regreso en Argentina, Corach se convirtió en tisiólogo y sanitarista, llegando a ocupar la dirección técnica del Hospital de Clínicas dependiente de la Universidad de Buenos Aires, en 1964.

También viajó a España a inicios de 1937 el médico psiquiatra Gregorio Bermann, quien había sido destituido de su cátedra en la Universidad Nacional de Córdoba por su solidaridad con el psicólogo Aníbal Ponce, expulsado del ámbito universitario por su adhesión al comunismo.

Médico Gregorio Bermann
Para ayudar a los combatientes republicanos, Bermann, acompañado por los médicos cordobeses Bernardo Serebrinsky y David Ostrovsky, organizan la Misión Médica Argentina que se instaló en el Hospital de Chamartín de La Rosa, en Madrid, para atender a pacientes con neurosis de guerra. Además, el médico psiquiatra mantuvo contacto con importantes líderes republicanos como Francisco Largo Caballero, José Miaja, Dolores Ibárruri -“La Pasionaria”-, entre otros, y brindó conferencias sobre psiquiatría a médicos, maestros y estudiantes españoles, hasta que decidió regresar a Córdoba a principios de 1938 luego de un recorrido por centros psiquiátricos de Suiza, Bélgica, Francia e Inglaterra para dar conferencias y entrevistas con el objetivo de pregonar la causa republicana.

Entre los integrantes de la Misión Médica también se encontraba Guillermo Delgado, un estudiante universitario cordobés que llega a España representando a la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) y a la Federación Universitaria Argentina (FUA).

Inmediatamente Delgado se pone en contacto con la juventud y el estudiantado españoles incorporándose como secretario de propaganda en el comité ejecutivo de la Unión Federal de Estudiantes Hispanos (UFEH) y, mientras participaba en la organización de un congreso latinoamericano de estudiantes a realizarse en Valencia, escribía extensos artículos para los periódicos Córdoba y Crítica. El cordobés fue uno de los últimos argentinos en retirarse de España y acompañó a sus compatriotas cuando éstos fueron internados en el campo de concentración francés de Saint Cyprien.

Fanny y Bernardo Edelman
Entre las mujeres voluntarias se encontraba la militante comunista nacida en San Francisco (Córdoba) Fanny Jabcovsky –conocida como Fanny Edelman-, quien junto a su esposo, Bernardo Edelman, arribaron a España en septiembre de 1937. Determinados a apoyar la República en su lucha contra los generales golpistas, Bernardo Edelman se convirtió en corresponsal del periódico argentino La Nueva España e ingresó a la Juventud Socialista Unificada (JSU), mientras Fanny Edelman pasaba a formar parte del Socorro Rojo Internacional (SRI) como enfermera, en Madrid. Luego ambos se trasladan a Barcelona para realizar diferentes actividades en la retaguardia republicana, hasta que regresaron a Argentina en mayo de 1938, desde donde continuaron trabajando para ayudar al pueblo español.





El “comandante Ortiz”
Benigno Mochkofsky alías
"Comandante Ortiz"
Sin embargo, el cordobés que más se destacó en el conflicto español fue Benigno Mochkofsky, un obrero y delegado de la Internacional Comunista que combatió para el bando republicano bajo el seudónimo de «Comandante Ortiz». Estuvo en España desde 1934 como integrante del SRI y, apenas iniciada la Guerra Civil, se incorporó al 5º Regimiento como comandante y participó activamente en la conformación del Batallón Thaelmann, ingresando al Ejército Popular para comandar la XXIV Brigada. Siempre al frente de su tropa, el Comandante Ortiz participó en la defensa de Madrid y combatió en Talavera de la Reina, Toledo, Jarama, Brunete y el Ebro hasta la caída definitiva de Cataluña. Con la derrota de la República, Mochkofsky junto con otros argentinos debió cruzar los Pirineos hacia Francia, donde fueron internados en Saint Cyprien. Liberado del campo de concentración, regresó a Argentina en 1940 para trabajar como obrero metalúrgico, pero fue encarcelado junto a otros 250 militantes comunistas en la isla Martín García, entre 1944 y 1945.

Estos voluntarios cordobeses que marcharon a luchar por la República española lo hicieron a partir de su fuerte compromiso antifascista y para defender al pueblo de la rebelión militar. Pero no fueron los únicos: también marcharon desde esta provincia otros republicanos, comunistas, socialistas y anarquistas que vieron en España la necesidad de detener el avance del fascismo y el autoritarismo que luego conduciría a la Segunda Guerra Mundial. Es por ello que, a casi 75 años del fin de la Guerra Civil española, es importante rescatar a estos luchadores de la libertad.

* Licenciado en Historia. Ex docente de la cátedra de Historia Antigua de la Escuela de Historia de la UNC.

Publicado en COMERCIO y JUSTICIA: http://comercioyjusticia.info/blog/opinion/cordobeses-en-la-guerra-civil-espanola/

Guillermo Delgado: un estudiante cordobés en la Guerra Civil española

Por Diego Gerardo Naselli Macera
Profesor en Historia

Como miembro integrante de la Misión Médica Argentina también llega a Marsella a principios de marzo de 1937 el estudiante universitario cordobés Guillermo Delgado, quien parte de Buenos Aires como representante de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) y delegado de la Federación Universitaria Argentina (FUA). A España Delgado ingresa como estudiante de medicina y en Barcelona participa de una concentración juvenil organizada por la Federación de Estudiantes Catalanes (FNEC), para luego en Valencia concurrir junto al médico Gregorio Bermann y otros argentinos a una reunión con el jefe de gobierno republicano Francisco Largo Caballero. Ya en Madrid, Delgado asiste al funeral público de Rafael Jiménez Carrasco, comandante del primer Cuerpo de ejército, estudiante de Ciencias Exactas, presidente de la Unión Federal de Estudiantes Hispanos (UFEH), que había muerto en un accidente automovilístico cuando visitaba el frente de El Escorial, y se une al grupo universitario de teatro «La Barraca» para realizar una gira por el sector de Guadalajara visitando a los soldados del recientemente formado Ejército Popular que habían obtenido la victoria frente a las tropas fascistas italianas. Nuevamente en la capital española, el estudiante cordobés participa de trasmisiones radiales del programa «La voz de España» emitido para Argentina de lunes a sábados a las diez de la noche dirigidas tanto a la juventud hispana como a la audiencia latinoamericana.
En España, Delgado se convierte en corresponsal para el periódico vespertino Córdoba donde escribe sobre la juventud y el estudiantado español en el conflicto bélico; siendo el primero de los artículos publicados una carta enviada al presidente de la FUA donde detalla sus primeras observaciones al mes de estancia en territorio republicano y  destaca la intervención heroica de los estudiantes en el frente desde los inicios del conflicto convirtiéndose por su arrojo y valentía en líderes militares.

La juventud en la guerra
Si bien Delgado había llegado a Madrid como integrante de la Misión Médica Argentina dirigida por Bermann, inmediatamente comienza a participar en congresos estudiantiles y se relaciona con el movimiento de las juventudes españolas. A pocos meses de su estancia en España, el estudiante cordobés se incorpora como secretario de propaganda en el comité ejecutivo de la UFEH además de encargársele la organización de un congreso latinoamericano de estudiantes a realizarse en Valencia. Dentro de estas actividades, Delgado escribe un extenso artículo titulado «España, escuela teórica y práctica de la juventud» para el periódico Córdoba dirigido especialmente a los estudiantes argentinos y que se divide en cinco parte.
Dirigido a la audiencia culta y combativa del movimiento reformista universitario cordobés, el extenso artículo de Delgado tiene la finalidad de unir a los estudiantes universitarios en apoyo y solidaridad de la República española en su lucha contra la rebelión militar pero también incentivar a la conformación de un frente universitario que aglutine a los más de 30.000 estudiantes de las universidades nacionales argentinas, contra el fascismo internacional y el gobierno conservador y autoritario del presidente argentino Agustín P. Justo y sus representantes provinciales.

El último año de la guerra
Mientras en Barcelona a finales de 1937, Delgado contrae matrimonio con la estudiante argentina Sofía Poliak, quien se encontraba en España como representante del Comité de Mujeres pro Huérfanos Españoles; el Gobierno republicano organizaba, preparaba e iniciaba la ofensiva sobre Teruel para distraer a las tropas rebeldes del Frente Norte y aliviar la presión sobre Madrid; y en Argentina los jóvenes comunistas abandonan su postura contraria a la reforma universitaria incorporándose a la FUA e intentando organizar un Frente Popular de la juventud para participar juntos en manifestaciones, congresos y actos solidarios y lograr unir a las masas en contra del fascismo tanto local como internacional. Pero a principios de 1938, los republicanos pierden Teruel debido a las presiones de las fuerzas rebeldes sobre el Frente de Aragón, provocando importantes pérdidas en el Ejército Popular y una disputa entre los líderes comunistas; además de intensificar los bombardeos por parte de aviones italianos sobre Barcelona.
En este nuevo contexto bélico, Delgado redacta el artículo «Cartas de España» y, aunque la República se encontraba retrocediendo en varios frentes, presenta a los países fascistas pronto a caer en una crisis económica que podría terminar con sus regímenes por lo que realiza un llamado a sus compañeros universitarios y el proletariado argentino a no desalentarse por las noticias adversas y tener fe en una futura victoria gubernamental. Convencido de la victoria republicana, Delgado solicita a su audiencia la unión de las fuerzas trabajadoras y las intelectuales argentinas como había sucedido en España para mediante la solidaridad internacional luchar contra el imperialismo fascista y la invasión ítalo-germana.
Mientras desde España Delgado arengaba a la juventud argentina a unificarse y organizarse, la Federación Universitaria Argentina intensificaba sus actividades a favor de la causa republicana. En 1938, la FUA se incorporó a la organización Jóvenes Amigos de España Leal donde también participaban radicales, socialistas y evangelistas, además de enviar representantes al Congreso contra el Racismo, Antisemitismo y Fascismo realizado en Buenos Aires y el Congreso Mundial de Estudiantes por la Paz y contra la Guerra en Nueva York. También, los universitarios participaron de actos solidarios realizados por la Federación de Organismos de Ayuda a la República Española (FOARE), organizaron campañas para recaudar fondos para el Gobierno republicano y los huérfanos y realizaron un importante acto público en la plaza San Martín de Buenos Aires disuelto por la policía. En cuanto a la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), presentó públicamente sus quejas ante el posible arribo a la provincia de una escuadra de aviones italianos, organizó actos en el teatro Rivera Indarte contra el fascismo y el nazismo e incluso sus integrantes llegaron a enfrentarse varias veces con la policía y grupos fascistas dejando como saldo varios heridos y lesionados. Sin embargo, la República española no podía recuperarse de la derrota sufrida en el Frente de Aragón a principios de 1938 e intentaba detener el avance de los rebeldes organizando la ofensiva del Ebro que comenzaría a mediados del mismo año con las tropas republicanas que quedaban en la aislada Cataluña al mando del comandante Juan Modesto. Decidido a realizar los últimos esfuerzos para conseguir la ayuda de la Sociedad de Naciones, el Gobierno republicano organiza la retirada de las Brigadas Internacionales en plena batalla del Ebro que comienzan a marcharse de España en septiembre de 1938 pero, a finales de ese mismo mes, los gobiernos de Francia e Inglaterra firman el Acuerdo de Múnich con la Alemania nazi que le permite a Hitler la anexión de parte de Checoslovaquia y vaticinaba el abandono definitivo de los republicanos por las democracias occidentales. Aunque los propagandistas leales trasmitían una posible victoria republicana, la derrota del Gobierno español por los rebeldes para ese momento ya era inminente.

Para inicios de 1939 todavía quedaban extranjeros entre las fuerzas republicanas que paulatinamente abandonaban España, entre los que se contaban varios argentinos como Benigno Mochkofsky alías «Comandante Ortiz», el estudiante Guillermo Delgado y su esposa Sofía Delgado, quienes visitan distintas instituciones de beneficencia antes de cruzar a Francia como los Comedores Infantiles de Barcelona donde prometen continuar luchando por la causa gubernamental y especialmente por los niños desde su país de origen. A finales de enero de 1939, Barcelona es capturada por las fuerzas rebeldes iniciándose una intensa marcha de refugiados hacía la frontera francesa y, mientras Sofía Delgado logra llegar a Marsella y embarcar en el buque Alsina para Buenos Aires, Guillermo Delgado permanece junto a los demás argentinos que son internados en el campo de concentración de Saint Cyprien (Francia) para informar y denunciar como corresponsal del periódico argentino Crítica sobre las penurias sufridas por los refugiados, el mal trato impartido por las autoridades francesas y la desatención de los funcionarios de la Cancillería argentina a los combatientes de la lucha contra el fascismo en España.

Publicado en: Revista DEODORO, Gaceta de crítica y cultura, Universidad Nacional de Córdoba Argentina, Noviembre de 2013, Año 4, n° 37, ISSN: 1853-2349.

Link: http://www.unc.edu.ar/institucional/perfil/editorial/deodoro/2013/numero37