Estos versos, cuyo primer ciclo fue escrito entre batallas, en Puestos de Mando o en las pausas entre agotadoras sesiones de cirugía, son el Credo cósmico y humano, y el emocionado y fervoroso homenaje al sufrimiento del pueblo español y el luminoso recuerdo de su gallardía.
Al glorioso Ejército de la República Española -donde el autor se desempeño como Mayor, Cirujano Jefe del 8° Cuerpo de Ejército-; a las tierras de Cuba y México, hidalgas y fraternales, mi profunda gratitud por haberme enseñado a amar al hombre y a sufrir con él.
Juan Goldstraj
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