MÉXICO, D.F., 10 de septiembre.- El 31 de agosto de 1910 nació Marie Langer en el seno de una familia judía de la alta burguesía de Viena, de padres ateos, pacifistas e ilustrados. Se crió en una Viena “roja”, con gobierno socialdemócrata, donde la gente cantaba en las plazas La Internacional junto con el himno austriaco. Pocos años después, el ascenso del nazismo oscurecería el panorama político.
Marie Langer terminó su carrera de medicina en 1935 y trabajó como anestesista con un ginecólogo comunista que asumió el compromiso de ayudar a abortar a obreras que por razones económicas ya no podían afrontar el nacimiento de otro hijo. Pese a venir de una familia rica y muy educada, le pesó ser judía pues, entre otras cosas, el creciente antisemitismo le impidió ingresar a estudiar psiquiatría en un hospital. Este obstáculo la enfiló hacia el psicoanálisis. Dividida entre su activismo clandestino y su proceso analítico, agradeció que su analista la diera de alta, pues “mientras ardía el mundo no era tiempo de mirarse el propio ombligo”.
(Karl) Max Langer y (Mimi) Maria Langer en las Brigadas Internacionales |
De Montevideo la familia Langer emigró a Buenos Aires, donde Marie colaboró en la fundación de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Cercana a las posturas de Melanie Klein, estudió los mecanismos psicosomáticos del embarazo, el aborto espontáneo y el parto prematuro para publicar en 1951 su famoso libro Maternidad y sexo. La maternidad, la propia (seis hijos) y la de las demás mujeres, sería una de sus inquietudes primordiales.
En 1965 muere su marido y eso le permite involucrarse más en el activismo de izquierda. Su radicalismo la lleva a cortar con la organización que fundó, la APA, de la cual sale en 1971 haciendo una renuncia política con el grupo Plataforma. En plena dictadura entra como profesora a la cátedra de psicología médica, de la Facultad de Medicina, pero en octubre de 1974 la situación argentina empeora y la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) la amenaza. Todos, familiares y amigos, la empujan a venir a México.
Llega en pleno despegue del feminismo de la segunda ola. Participa en el Año Internacional de la Mujer y colabora solidariamente con nuestras causas. Adelantándose a las feministas interesadas en el psicoanálisis y a las psicoanalistas interesadas en el feminismo, Marie Langer abrió vasos comunicantes entre ambos campos. Defendía el psicoanálisis frente al enojo feminista por el supuesto patriarcalismo de Freud. Nos convenció de que “no es para tanto, el psicoanálisis sirve para tantas cosas, para autoconocerse, para pensar la vida y la política…” Muchas se lo agradecimos entonces y se lo seguimos agradeciendo hoy en día.
Pero más que el feminismo, lo que realmente volvió a apasionarla fue la lucha de los sandinistas en Nicaragua. “Es la tercera vez en mi vida que escucho el ¡NO PASARÁN!, y pasaron dos veces: en España y en Chile. No puedo permanecer pasiva ante tan inmensa e impune agresión”. Desde acá armó el Equipo de Salud Mental México-Nicaragua que iba todos los meses a trabajar en el proceso de reconstrucción. “Sabes”, me dijo una vez, “allá no soy joven ni vieja, soy… atemporal. Lo vivo como si la República española, la vieja República, hubiera ganado la guerra y yo estuviera colaborando en la reconstrucción”. Por suerte no vivió el decepcionante proceso de corrupción y deterioro del gobierno sandinista actual. Con esa extraordinaria capacidad que tenía para juntar los pedazos de su vida, y sabiendo lo irremediable de su enfermedad, Marie Langer quiso regresar a Argentina, a la casa donde había pasado los mejores años de su vida familiar. Murió allí el 23 de diciembre de 1987, a los 77 años.
Marie Langer enfrentó de manera valiente y admirable los conflictos inherentes a la condición femenina, en general, y a los de una clase ilustrada en particular. Su vida apasionada y comprometida, sus inquietudes intelectuales y políticas, sus desafíos y logros como mujer, como madre, como profesionista y como internacionalista han quedado en la memoria de muchos.
Página original: https://www.proceso.com.mx/101171/101171-homenaje-a-marie-langer
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